domingo, 10 de enero de 2010

Interesantes oportunidades de internacionalización

Brasil es una de las economías emergentes más prometedoras, que en mi opinión, se postula como una de las potencias económicas del siglo XXI. Brasil es la economía más grande de Sudamérica, ocupando el octavo lugar a nivel mundial con el décimo PIB más alto a escala planetaria, con una extensión territorial de 8.5 millones de km2 y una población de 193 millones de habitantes y con una fuerza de trabajo de 75 millones de personas. En esta década, si dejamos a parte la crisis que estamos atravesando, ha experimentado un crecimiento sostenido. A pesar de la “década perdida” de los ochenta el país y de la delicada situación que las autoridades reconocen estar atravesando en el contexto de la difícil coyuntura mundial el potencial de Brasil es muy grande.
El mercado brasileño tiene un gran atractivo debido a su gran dimensión a sus expectativas de rápido crecimiento con buenas oportunidades de crecimiento a medio y largo plazo. Brasil, con gran potencial como importador constituye una puerta de entrada en Iberoamérica. Por ello es objetivo prioritario para muchas empresas españolas que quieren iniciar o están en procesos de internacionalización. Adicionalmente nuestro país es uno de los principales inversores en Brasil, hecho que contribuye a la buena imagen de España en el país carioca.

martes, 5 de enero de 2010

Invitacióna visitar el Blog BEMOTHER

Queridos amigos,

Realmente vale la pena echar un vistazo a esta novedosa página que intenta dar soluciones en todo lo relacionado con temas infantiles amamá y papás de hoy http://bemotherpimpampum.blogspot.com/
espero que les sea útil.

lunes, 4 de enero de 2010

Los cableros se plantean pasarse al móvil

Los operadores de cable nacionales están forjando alianzas con vistas a presentarse de forma conjunta a futuros concursos públicos relacionados con comunicaciones móviles, empujados por las cada vez más difusa separación entre operadores fijos y móviles y la necesidad de independizarse de los alquileres por el uso de las redes de los principales operadores móviles que les impiden ser competitivos. Hay una cierta premura en alcanzar acuerdos debido a las próximas asignaciones de nuevas frecuencias y las resignación de la banda GSM.
La liberalización del mercado de las telecomunicaciones marcó un hito en la historia de la economía nacional, acostumbrados al monopolio de Telefónica en apenas 15 años presenciamos como tanto en comunicaciones móviles como en fijas surgían empresas que entraban en competencia con el antiguo monopolista con mejor o peor suerte. La Administración a lo largo de estos años ha legislado para incentivar la libre competencia con vistas a proteger los derechos de los consumidores, activar las inversiones en infraestructuras, y asegurar que alguien se hiciera cargo de las obligaciones propias del servicio universal.
Desde el inicio del negocio de las comunicaciones móviles en nuestro país, el mercado ha estado dominado principalmente por tres compañías que han operado en régimen de oligopolio con todo lo que ello representa. Es ahora cuando el gobierno tiene planeado sacar próximamente a concurso la asignación de nuevas frecuencias y debe dilucidar sobre la resignación de las actuales frecuencias de GSM. He aquí una muy buena oportunidad para dar entrada a nuevos agentes en este mercado que ha estado saturado en los últimos años, pues, aunque los principales operadores han coexistido con los llamados operadores virtuales, estos últimos lo único que hacían era revender tráfico de los primeros con lo que los ingresos al final terminaban en el mismo sitio. Las barreras de entrada a este mercado son muy fuertes debido a que son necesarias una inversiones muy grandes por lo que no es sencillo que nuevos competidores se añadan a la disputa por la cuota de mercado.
Es por estas razones por la que la posible alianza d lo operadores de cable para introducirse en el negocio móvil es bien vista por la Administración. La principal razón para ello radica en el hecho de que este tipo de operadores se ha destacado como inversores a largo plazo, ya que han desplegado sus propias redes encargándose de su mantenimiento y permanente mejora. Estos operadores tiene la ventaja de que no compiten entre ellos debido a que operan en regiones distintas, por lo que sí les es posible y provechoso plantear acuerdos por los que se establezcan nuevos negocios mediante colaboraciones mutuas, además de que se puede producir un efecto sinergético en equipos, servicios y contenidos. Cada operador de cable podrá ofrecer en su zona de influencia nuevos servicios que sean fruto del trabajo conjunto de todos, es decir, van a poder ofrecer paquetes más completos a sus clientes integrando televisión, conexión a internet, comunicaciones fijas y comunicaciones móviles, lo que redunda en una mejora considerable de la oferta.
En definitiva, la oportunidad surgida por el nuevo reparto del espectro de frecuencia abre la puerta a intensificar la competencia en el ámbito de las comunicaciones móviles, cosa que redundará seguramente en una mejora de las condiciones de los consumidores que tendrán mayor variedad a la hora de elegir su operador móvil. El oligopolio actual mantiene un nivel de precios similar en los tres operadores si obviamos que las llamadas entre abonados de operadores distintos son más caras. La apertura del mercado también puede redundar en la mejora de las redes existentes y en la ampliación de otras nuevas como por ejemplo la de Yoigo, con quien los operadores de cable podrían llegar a un acuerdo que puede ser beneficioso para ambas partes, por le que ayudarían a la operadora en el despliegue de su red a cambio de servicios. Cada vez más, en un mercado en el que se alcanza rentabilidad acaparando la mayor cuota posible es cada vez más claro que no puede haber operadores sólo fijos o operadores sólo móviles sino que una diversificación de las actividades conduce a un aumento considerable de las posibilidades de supervivencia, así Telefónica Movistar, Vodafone-Tele2 son ejemplo plausible de ello y ahora con esta alianza de operadores de cable se pretende realizar un movimiento similar que les permita ser más competitivos mediante el uso de una red móvil propia y una oferta más completa e integrada.

sábado, 2 de enero de 2010

Última sentencia contra Microsoft

Hace unos días la Comisión Europea dictó una sentencia con la que pretende terminar con la batalla que mantenía con el gigante americano Microsoft debido a las supuestas prácticas monopolistas de la compañía de Bill Gates ha llegado a su fin tras una década de litigios. La vinculación obligada del navegador de Internet de Microsoft con el sistema operativo de la misma va a terminar de forma que los fabricantes de ordenadores podrán preinstalar en Europa navegadores rivales, tales como el Firefox de Mozilla o el Safari de Apple.
Microsoft lleva años haciendo frente a denuncias por prácticas monopolistas en contra de la libre competencia pero, ¿realmente esta empresa es o intenta ser un monopolio?. Primero deberíamos considerar lo que es un monopolio ya que el significado de este término puede llevare consigo ciertos matices dependiendo del entorno económico que se considere. En sectores como distribución alimentaria, por ejemplo, se puede considerar que a partir de una cuota de mercado superior al 40% estamos ante una clara posición dominante que otorga el suficiente poder de mercado para dictar condiciones a los clientes, fijar precios e incluso influir sobre la oferta y la demanda. La cuota de Microsoft va más allá de ese porcentaje, lo que le permite desarrollar determinadas estrategias que varios organismos reguladores nacionales e internacionales han considerado que vulneran la libre competencia. Los sistemas operativos de la compañía afincada en Redmon están presentes en el 95% de los ordenadores de todo el mundo, y estos sistemas operativos no van solos sino que les acompañan otros complementos tales como el Media Player o el propio Internet Explorer, formando un paquete que el usuario no tiene más remedio de aceptar como configuración de fábrica de sus equipos. Es decir, la empresa ha estado utilizando su posición en el mercado informático para posicionarse, no solamente como proveedor líder de sistemas operativos, sino que además le ha servido para aumentar su presencia en otros mercados. Por ello, el Tribunal de la UE ha entendido desde el principio de este tipo de prácticas que la empresa ha hecho uso de su posición dominante, perjudicando a los usuarios al someterlos a la utilización de sus propios productos poniendo todas las barreras posibles para que éstos pudieran integrar estos productos con programas libres o de la competencia.
A la luz de esta forma de actuar, Microsoft no sería un monopolio en el sentido estricto de la definición académica del término pero bien es cierto que se ha constituido en un lobby que intenta obtener ventajas legales que le permitan perpetuarse en su posición sin tener en cuenta los derechos de los consumidores a elegir entre las distintas opciones que les sean ofrecidas desde el propio mercado. Es cierto que ha sido un obstáculo para la libre competencia y más en un sector en el que la innovación procede tanto de los avances que se llevan a cabo desde la industria como de las necesidades que transmite un cliente cada vez más instruido y que gracias a las nuevas tecnologías conoce gran cantidad de productos, pero ¿qué empresa no tomaría ventaja de una situación así?. Es más, alguien puede considerar que incluir Internet Explorer junto al sistema operativo constituye una necesidad para Microsoft, ya que es una potente herramienta para navegar por internet y sin la cual Windows perdería muchos puntos frente a su competencia, principalmente frente a programas libres a los que el gigante informático ha intententado echar del mercado persiguiendo el software libre. Incluso numerosas administraciones públicas están eligiendo sistemas operativos libres frente a Windows ante lo que la compañía de Bill Gates amenaza a los fabricantes de equipos con retirarles las licencias de su software, política que también lleva a cabo Intel con sus microprocesadores y que le está acarreando con los organismos reguladores problemas similares a los que se enfrenta Microsoft.
En definitiva, a lo largo del tiempo siempre ha habido monopolios de facto en la informática tales como los de IBM y ahora Microsoft, Cisco, Intel. La intervención de los órganos reguladores como garantes de la protección de la libre competencia es importante para evitar abusos, pero más lo es todavía defender los intereses de los consumidores, potenciando la diversidad de productos. Además, si consideramos que un alto porcentaje del coste de un ordenador nuevo corresponde al sistema operativo y al software básico necesario para llevar a cabo las operaciones básicas con el equipo (edición de documentos, correo electrónico, etc.) nos encontramos con una situación en la que el principal perjudicado es el usuario por partida doble, al recibir una menor dosis de innovación debido a la menor competencia y porque la cantidad de dinero que tiene que pagar es mayor sin poder elegir las herramientas que traiga su máquina de serie. Una competencia libre es la mejor garantía de progreso tecnológico y de que dicho progreso revierta en una mejora del bienestar social.

jueves, 31 de diciembre de 2009

El negocio del cine está cambiando ... Dysney responde

Es evidente que algo está cambiando en la distribución de contenidos, el avance de las tecnologías y la aparición en el mercado de determinados dispositivos han puesto al alcance de todos ingentes cantidades de información en cualquier momento y lugar. La industria del cine ha estado anquilosada desde hace mucho tiempo, quizás demasiado. El sector es reacio a cualquier cambio, con miles de puestos de trabajo en juego ya desde hace tiempo en algunos países necesita de las subvenciones estatales para sobrevivir. El actual modelo de negocio está claramente amenazado por la socialización de los accesos de banda ancha, la proliferación de los equipos informáticos en el hogar y las cada vez más populares redes P2P. La tecnología cotidiana está ya madura para cambiar el panorama cinematográfico en su distribución e incluso en la creación de contenidos, por tanto, si esta industria quiere sobrevivir debe buscar nuevas fórmulas que mantengan la rentabilidad y que respondan a las demandas de los consumidores. Ir al cine no es el mero consumo de una película, para muchos de nosotros también supone un evento social, con lo que sería necesario que alguien pensara, más allá de rebajar los precios, en qué tipos de servicios asociados al acto de visionado de una película se podrían ofrecer para atraer y mantener fidelizado al espectador (partidos de fútbol, presentaciones de discos, 3D, videojuegos, etc). En caso contrario, en mi opinión, tarde o temprano, la producción cinematográfica se distribuirá de forma exclusiva a través de internet, pero...¿a qué coste?.
Ante esta coyuntura la Dysney, el gigante americano del entretenimiento, ha dado un paso hacia delante y ha optado por varias estrategias que el tiempo dirá si son acertadas. Recientemente, en un sorprendente anuncio, la compañía anunció que está desarrollando junto a Apple una plataforma de distribución denominada “Keychest”, una innovadora idea por la que compras un contenido de por vida, sólo pagando la conexión a Internet cada vez que se accede al contenido. Claramente Dysney ha sabido captar los vientos de cambio en el sector de la creación y distribución de contenidos lanzándose a la búsqueda de socios tecnológicos que den salida a la ingente cantidad de contenidos de que dispone y que es capaz de generar. Su estrategia no sólo toma en cuenta el acceso a través de la red de redes sino que se adapta al uso de dispositivos que ya se han tornado cotidianos en nuestras vidas como pueden ser los teléfonos móviles, las consolas de videojuegos, los propios ordenadores. Por otro lado, la Dysney está reduciendo gastos aún a costa de reducciones de plantilla, y ha llegado a acuerdos con varias distribuidoras (entre ellas Dreamwork que es propiedad de Steven Spilberg) en un intento de repartir el riesgo y evitar participar en producciones multimillonarias y asegurándose que el flujo de sus películas hacia el canal de distribución es constante. De forma paralela, la compañía está intentando introducirse en mercados, como puede ser el ruso, en los que no estaba establecida de una forma importante. De esta forma, la Dysney no renuncia a su estrategia de crecimiento y lleva a cabo fuertes inversiones que suponen los cambios estructurales que no tiene más remedio que acometer debido al más que previsible cambio de modelo de negocio que sufre su sector, empujado como se ha mencionado antes, por los avances tecnológicos.
El negocio del cine está cambiando y hay compañías, como la Dysney, que se están preparando para adaptar la creación y distribución de sus contenidos a los nuevos canales proporcionados por la técnica. Para ello, además de sus productos tradicionales, bien sea adquiriendo, como en el caso de Pixar o mediante alianzas como en el caso de Apple la Dysney está intentando crecer trasvasando de una forma clara parte de sus fondos desde sus negocios tradicionales de producción y distribución cinematográficas a actividades que buscan adaptar el modelo de negocio de la compañía a las tendencias futuras tomando posiciones en los nuevos escenarios propiciados por la nueva demanda propiciada por los actuales y futuros avances tecnológicos.