Los operadores de cable nacionales están forjando alianzas con vistas a presentarse de forma conjunta a futuros concursos públicos relacionados con comunicaciones móviles, empujados por las cada vez más difusa separación entre operadores fijos y móviles y la necesidad de independizarse de los alquileres por el uso de las redes de los principales operadores móviles que les impiden ser competitivos. Hay una cierta premura en alcanzar acuerdos debido a las próximas asignaciones de nuevas frecuencias y las resignación de la banda GSM.
La liberalización del mercado de las telecomunicaciones marcó un hito en la historia de la economía nacional, acostumbrados al monopolio de Telefónica en apenas 15 años presenciamos como tanto en comunicaciones móviles como en fijas surgían empresas que entraban en competencia con el antiguo monopolista con mejor o peor suerte. La Administración a lo largo de estos años ha legislado para incentivar la libre competencia con vistas a proteger los derechos de los consumidores, activar las inversiones en infraestructuras, y asegurar que alguien se hiciera cargo de las obligaciones propias del servicio universal.
Desde el inicio del negocio de las comunicaciones móviles en nuestro país, el mercado ha estado dominado principalmente por tres compañías que han operado en régimen de oligopolio con todo lo que ello representa. Es ahora cuando el gobierno tiene planeado sacar próximamente a concurso la asignación de nuevas frecuencias y debe dilucidar sobre la resignación de las actuales frecuencias de GSM. He aquí una muy buena oportunidad para dar entrada a nuevos agentes en este mercado que ha estado saturado en los últimos años, pues, aunque los principales operadores han coexistido con los llamados operadores virtuales, estos últimos lo único que hacían era revender tráfico de los primeros con lo que los ingresos al final terminaban en el mismo sitio. Las barreras de entrada a este mercado son muy fuertes debido a que son necesarias una inversiones muy grandes por lo que no es sencillo que nuevos competidores se añadan a la disputa por la cuota de mercado.
Es por estas razones por la que la posible alianza d lo operadores de cable para introducirse en el negocio móvil es bien vista por la Administración. La principal razón para ello radica en el hecho de que este tipo de operadores se ha destacado como inversores a largo plazo, ya que han desplegado sus propias redes encargándose de su mantenimiento y permanente mejora. Estos operadores tiene la ventaja de que no compiten entre ellos debido a que operan en regiones distintas, por lo que sí les es posible y provechoso plantear acuerdos por los que se establezcan nuevos negocios mediante colaboraciones mutuas, además de que se puede producir un efecto sinergético en equipos, servicios y contenidos. Cada operador de cable podrá ofrecer en su zona de influencia nuevos servicios que sean fruto del trabajo conjunto de todos, es decir, van a poder ofrecer paquetes más completos a sus clientes integrando televisión, conexión a internet, comunicaciones fijas y comunicaciones móviles, lo que redunda en una mejora considerable de la oferta.
En definitiva, la oportunidad surgida por el nuevo reparto del espectro de frecuencia abre la puerta a intensificar la competencia en el ámbito de las comunicaciones móviles, cosa que redundará seguramente en una mejora de las condiciones de los consumidores que tendrán mayor variedad a la hora de elegir su operador móvil. El oligopolio actual mantiene un nivel de precios similar en los tres operadores si obviamos que las llamadas entre abonados de operadores distintos son más caras. La apertura del mercado también puede redundar en la mejora de las redes existentes y en la ampliación de otras nuevas como por ejemplo la de Yoigo, con quien los operadores de cable podrían llegar a un acuerdo que puede ser beneficioso para ambas partes, por le que ayudarían a la operadora en el despliegue de su red a cambio de servicios. Cada vez más, en un mercado en el que se alcanza rentabilidad acaparando la mayor cuota posible es cada vez más claro que no puede haber operadores sólo fijos o operadores sólo móviles sino que una diversificación de las actividades conduce a un aumento considerable de las posibilidades de supervivencia, así Telefónica Movistar, Vodafone-Tele2 son ejemplo plausible de ello y ahora con esta alianza de operadores de cable se pretende realizar un movimiento similar que les permita ser más competitivos mediante el uso de una red móvil propia y una oferta más completa e integrada.